jueves, 3 de mayo de 2007

PANTANAL: O ESPETÁCULO DA VIDA










Hola de nuevo. Tras un largo paréntesis, de nuevo estoy con vosotros para contaros el último viaje de la tropa paulista, realizado en el puente de Mayo. Un viaje con mayúsculas: PANTANAL.

Pantanal es la mayor superficie inundada del planeta y una gran reserva de lo que podemos llamar "vida salvaje". Se divide en Pantanal Norte y Pantanal Sur. Nosotros estuvimos en la zona Norte, exactamente en Cuiabá, capital de Mato Grosso.

Ahora que os he situado, comienzo a contar. Tras horas de espera llegamos al aeropuerto internacional de la ciudad y partimos a la pousada de rigor. Un lugar maravilloso, con un terreno inmenso, donde pudimos contemplar varios tipos de aves y otros animales (abundan especies como jacarés, lobinhos, capivaras, etc.) así como una abundante flora. Pasamos tres días en este lugar, ocupados con trilhas (paseos), pesca de piranhas (con lisiado incluido, jeje), paseos a caballo y safari nocturno para ver a los bichos. A decir verdad, nos convertimos por unos días en unos auténticos pantaneiros. Incluso degustamos parte de la gastronomía local, con delicias como caldo de piranha (las que pescamos por la mañana), carne de jacaré (un tipo de cocodrilo), pacú (otro peixinho) o piraputanga, que suele prepararse a la brasa y sin espinas. En definitiva, comida casera de toda la vida.










El último día decidimos cambiar el plan y desplazarnos a la Chapada dos Guimarães (os lo puedo traducir como meseta). La belleza de las chapadas en Brasil es tal que, según nuestro guía, el señor Nelson, los treas imprescindibles de la naturaleza Brasi son la Amazonía, el Pantanal y, ya en tercer lugar, las Chapadas. El tour comenzó con la visita al "circuito de las cachoeiras", un conjunto de siete cascadas, piscinas naturales para los turistas y habitantes de la calurosa Cuiabá. Otra de las atracciones fue la visita al Parque Nacional de Chapada dos Guimarães, con enormes formaciones rocosas de granito que nos ofreció una espectacular vista de la superficie pantaneira, así como cachoerinhas (con bañito incluido). Tras una comida de hermandad, finalizamos nuestro maravilloso viaje en la conocida como Ciudad de Piedra, un pequeño Cañón del Colorado en Brasil. Vistas privilegiadas y hasta un espacio para gritar, los Paredões do Eco. Sí, gritar a lo burro y oirte a ti mismo.

La vuelta a casa fue dura. Para los pantaneiros paulistas, todos los viajes han sido bonitos, pero este último será inolvidable. Siempre lo recordaremos. Para haceros una idea de nuestra experiencia, id al espacio de las fotos: http://issabelita1979.spaces.live.com/

Beijos para todos.

2 comentarios:

Ivan dijo...

asi me gusta, Isa, viajando por el mundo y dejando bien alto el pabellón de los becarios ICEX!!! La verdad es que por lo que cuentas y las fotos es un sitio acojonante, lástima que me pille tan lejos y no pueda ir!!

Bueno, a seguir poniendo los dientes largos!

aDrIaN dijo...

Que belho, di que si que hay que aprovechar a viajar este año. Voy a ver las fotos, un besotee